Escrito por Álvaro López
Y cuando el agua cayó, pude ver su piel erizar, sentí cada corpúsculo de su cuerpo explotar! …ávido de la espera al siguiente desconocido placer. Con juvenil asombro contemplaba ese impetuoso río de sangre por sus venas y arterias, flujo que corría sin saber a dónde ir. Cual bendito testigo vi sus montañas endurecer y su valle humedecer. El arqueo de su espalda fue la nota cúspide de este juego celestial. Mientras retiraba su pelo mojado de la nuca, percibí la mirada tibia de la dulce aceptación. Pero el agua … el agua solo caía.
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ÁLVARO LÓPEZ ESPINOZA
…me presento, soy ese que uds ven en el espejo todos los días