Escrito por Cristina Bajaña
Prejuzgar a una persona con obesidad pensando que la padece “porque no se controla al comer” es tan reduccionista como pensar que un ciego no ve porque no quiere.
Lo que se ve es sobrepeso u obesidad, lo que realmente sucede no lo sabe quién prejuzga. Razones hay varias: Poco o mal descanso, inactividad, falta de entrenamiento, comidas fuera demasiado seguido, problemas o preocupaciones, distrés, no organización, falta de persistencia, intentos extremos por bajar de peso sin éxito, falta de dedicación de tiempo para el autocuidado, inflexibilidad con uno mismo, posibles elecciones alimentarias, publicidad agresiva para alimentos malsanos, esperanza en productos “mágicos” y hoy en estos tiempos teletrabajo y teleclases de los hijos.
Causas para la obesidad hay varias, causas para prejuzgarlas, ninguna.
Detrás del problema, está la persona y todas las dificultades que le ha tocado vivir o que pudiendo decidir mejor no ha tenido la orientación correcta para saber cómo gestionarla.
Luchar contra eso, con la sociedad de la inmediatez y un entorno social/cultural/publicitario/político que nos aleja de la salud es lo realmente importante
Lo dijo ya Antoine de Saint-Exupéry, “Lo esencial es invisible a los ojos”.
Foto: expansión.mx