Escrito por Bernarda Calvo
¿Qué yo te pregunte lo que quiera?
No, no tengo preguntas solo por un simple hecho, no interrogo a nadie, no sumo los días, no cuento los años, las fechas las olvido, no guardo historias, no me hacen falta, yo las invento.
No me interesa la vida de nadie, a menos que me la cuente como su propio escape, ahí si, solo de esa manera hago de cada palabra una piedra para edificarle un puente si así fuera necesario.
Tanta pregunta es para comprar, y tanta respuesta es para venderse y mi vida no esta en venta ni quiero comprar a nadie, ni mis pecados en rebaja, los quiero intactos, quizás el peso de los tuyos absuelvan los míos o viceversa, pero tampoco quiero absoluciones ni perdón, pues tendría que volver a empezar, aunque pensándolo bien, no me vendría mal estrenar pecados nuevos, como por ejemplo, convertirme en nigromante, y adivinar esa poesía que esta enredada en las entrañas de tu alma, pero tendría que matarte y te quiero vivo y palpitante
Entonces no, no me pidas que te desmembre a preguntas pues la única verdad es que uno se va tallando, con cada una de sus circunstancias.
Y si en un momento habrías preferido que te mienta, eso me es imposible, la mentira rebaja los hechos, la mentira es para justificarse o esconderse, y como dije anteriormente ¡Aquí soy dentro de mi cuerpo!
El que no es y existe solo lleva un muerto a cuestas y los muertos apestan; el que es, deberá ser hasta el último aliento de su vida.
Foto: pinterest
BERNARDA CALVO En realidad no soy capaz de hacer una semblanza de mí. ¿Cómo describir lo que hago o porque lo hago? Como decir quién soy si aún no reconozco mi rostro en el espejo, si escribo para habitar por otro mundo. Todo en mi es incendio, impulso. Escapar de todos lados, de todas las personas.