Sigo sin…sorprenderme, la justicia o la supuesta justicia que se imparte en este país, aquella que está en manos de los menos probos funcionarios de la función judicial, sigue dando que hablar y motivos para seguir dudando de su capacidad de por sí cuestionada, para actuar en derecho.
Y no me sorprende, porque luego de toda una década ganada al más puro galope por la corrupción, lo que se evidencia es simplemente lo bien que quedó la mesa servida, para la impunidad de esta banda que gobernó el país. El guion preparado y escrito con el mínimo detalle, se cumple porque se cumple…al pie de la letra. Somos espectadores de toda esta tragicomedia por así decirlo, en cuanto al manejo de la justicia y sus operadores, donde sólo prima obediencia y sumisión, hacia sus antiguos y actuales jefes, a quienes les deben su posición.
Se llenan la boca y siguen con el discurso de la cirugía mayor a la corrupción y corruptos, pero a lo mucho será un simple…corte, apenas un rasguño, que nadie salga herido y peor aún que sangre. Y mientras la corrupción y corruptos se pasean muy airosos y confiados que nada les pasará, a lo mucho unos cuantos meses, por ahí quizás un año en una estupenda celda con Internet, televisión por cable, Spa, guardaespaldas y vehículo a la puerta, dependiendo la época, quizás los lleven de paseo a la playa. Total están más protegidos y servidos que el resto de la población, que sin haber delinquido, trabajando honradamente, están expuestos a la delincuencia común, y en caso de cometer un error, estos «íntegros jueces incorruptibles» no escatimarán en hacerles sentir todo el peso de la ley.
Definitivamente hemos llegado a un punto, por no decir tocado fondo, en que se pretende que lo anormal lo consideremos normal, que lo veamos bajo la misma perspectiva y visión de los corruptos, por ahí dijo algún momento el jefe y tambor mayor de la banda, que cuando hay acuerdo entre dos…no hay delito contra el Estado. Parecería ser la disposición o mensaje subliminal que rige a los operadores de justicia, y a la misma función judicial. En realidad pasamos de Guatemala a guatepeor, y cada día que pasa lo seguimos viendo…inertes, sin reacción alguna, sin la respuesta adecuada, y nos seguirán viendo la cara y burlándose de quienes no somos parte de la banda.
Ya lo dijo Rui Barbosa, creería que nació y vivió en este país, «De tanto ver triunfar las nulidades, de tanto ver prosperar la deshonra, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto ver agigantarse los poderes en manos de los malos, el hombre llega a desanimarse de la virtud, a reírse de la honra, a tener vergüenza de ser honesto».
Foto: sites.google.com
MARTÍN ÚRAGA. Sólo soy un simple mortal, no soy académico, padre de familia y orgulloso abuelo. Escribo porque Dios me dio ese don, lo descubrí muy tarde, leo poco y esa es una gran debilidad, así que uso mi buen criterio y lo poco de inteligencia que poseo. No soy más que nadie, ni menos que nadie. Tengo más defectos que virtudes, pero espero cambiar o equilibrar el peso. Dios me guía y me inspira