Yo contigo toqué el cielo, viví en las estrellas, contemplé desiertos en primaveras mientras todos se vestían de gala.
Yo contigo perdí la noción del tiempo, no existían segundos, minutos ni horas. No había ningún tic-tac taladrando los momentos. No me importaba el después.
Yo contigo aprendí a querer, a amar, a soñar con los ojos abiertos, a ser persona pura por las mañanas envuelta en besos con cuentos nocturnos.
Y es que si supieras todo lo que llegué a apostar y todo lo que perdí con el tiempo por ti, sabrías que no hubo mujer más entregada que esa que te escribía cartas a mano alzada.
Raquel Mármol Huerta de Alprecht
Madre, abuela, esposa no timorata, idealista confesa, vino y café, bosquejo de escritora, creo que los poetas estamos eximidos del infierno ya pagamos nuestra dosis de tortura esta vida