He permanecido tanto tiempo escondida, que hoy quiero florecer. Siempre me he considerado desértica, he aprendido a vivir con tan poco riego, a mantenerme, a tomar lo bueno que existe de todo lo malo y utilizarlo a mi favor, para crecer, para aprender. Mi lugar de nacimiento me brindo el calor perfecto para reservar en mi alma en el tiempo de invierno, para no permitirme marchitar. El mar me dio la espuma precisa para sanar. Y Beatriz … ella me enseño a bordar, para remachar cualquier herida en forma de un tulipán amarillo. El carmín en los labios me enseñó seguridad. Escribiendo para ti, para mí, para todos, tiene rostro y nombre. Soy Raquel Mármol Huerta vivo en el lugar que lo tiene todo, río, estero y el mar muy cerca y te sientes de vacaciones todos los días del año, Guayaquil, Cincuenta años. Casada con el café, el mar y las letras. Amante de los buenos libros, la música Enamorada de Frida sin su Diego. También soy Beatriz Conlledo
Foto: www.elsignificadode.com
Raquel Mármol Huerta de Alprecht
Madre, abuela, esposa no timorata, idealista confesa, vino y café, bosquejo de escritora, creo que los poetas estamos eximidos del infierno ya pagamos nuestra dosis de tortura eta vida