Hace muchos años, para ser preciso, a inicios de la década de los 70’s observé una película en mi natal Bahía, basada en la vida real y en el testimonio de Joseph Valachi, quien había sido un connotado miembro de una de las familias mafiosas de New York.
Valachi había sido sentenciado con una condena menor a sus múltiples crímenes y purgaba su pena en una de las cárceles de ese estado, donde por coincidencia también se encontraba uno de los jefes de la mafia; quien paranoico por creerse delatado por aquel; decide eliminarlo, con tanta mala suerte que falla en su intento.
Valachi entonces decide contarlo todo, para de esa manera salvar su vida y buscar protección a su familia. En un juicio y testimonio histórico realizado de manera pública, por primera ocasión se habla descarnadamente de la Cosa Nostra, de los Jefe de Familia, de los Consiglieris, de los Caporegimen y de toda una organización criminal que controlaba juegos, prostitución, apuestas, sindicatos, secuestros, comercio de drogas, etc etc.
La famosa Ley de la Omertá (del silencio) fue violada por Valachi y señaló con pelos y señales a todos los miembros de la organización criminal, quienes fueron perseguidos, enjuiciados y condenados por la justicia. La crónica periodística de aquel entonces recogió aquella acción como: «Los papeles de Valachi», y así quedó registrada para la posteridad.
Hago este recuento histórico de una actividad ilegal, para haciendo un cuadro comparativo con «La libreta de Pamela» señalar que estamos frente a las puertas de otra delación histórica que podría terminar en una investigación, proceso y condena de connotados miembros del gobierno anterior, de comprobarse efectivamente la concurrencia de varios delitos en sus actividades.
Pamela Martínez es hoy día, la clave y quinta esencia de los negocios oscuros del correato; porque ella como Secretaria y Asistente del SP llevaba una libreta para anotar de manera directa las órdenes que recibía y los montos que entregaba a los miembros de esa organización, para que cumplieran con su cometido.
El SP no confiaba en su entorno y en la debida utilización de dineros de «aportes», por parte de sus coidearios; para en una especie de todos contra todos, él de manera personal y asistido por VP y Martínez…controlar todo como siempre lo hacía con el aparato estatal.
Esa libreta, así como en su época los papeles de Valachi, pudiera convertirse en el principio del fin de una década tumultuosa que nos dividió tanto y que provocó conflictos, persecuciones, corrupción y miseria a la sociedad ecuatoriana.
PATRICIO PLAZA