Puede llevar sotana,
la quinta botella de cerveza,
un lujoso traje,
una bata, uniforme policial,
o vestir con harapos,
puede no tener nombre,
como también tener el de padre,
de conocido, de amigo,
tener mucho dinero,
o mendigar en las calles,
ser presidente y admirado,
o anónimo e ignorado.
Puede no haber terminado la primaria,
o quizás tener un título universitario,
un buen trabajo.
Puede ser rico, pobre,
hombre, mujer,
mayor, menor de edad.
Los abusadores no tienen un típico perfil, si fuera tan fácil reconocerlos no habría tantas personas sin contar su historia porque quizás es el mejor vecino, el pastor de la iglesia o el más querido de la familia, no siempre lucen como lobos. Hay que proteger a los niños de todos, no vivir angustiados y preocupados pero sí siempre alertas ante cualquier señal.
Raquel Mármol de Alprecht
“Madre , abuela , esposa no timorata, idealista confesa, vino y café bosquejo de escritora , creo que los poetas estamos eximidos del infierno ya pagamos nuestra dosis de tortura en esta vida